Subir a los árboles era nuestra actividad favorita; era una experiencia llena de adrenalina y emoción. Desde las alturas, podíamos contemplar todo con un suave velo medio blanquecino que envolvía la lejanía. El viento nos mecía como si fuéramos una cuna, y al aferrarnos al tronco, sentíamos una seguridad gigante. Sin embargo, después venía el reto de lidiar con la resina mezclada con tierra que se adhería a nuestras manos. A pesar de las dificultades para limpiarnos, el aroma que dejaba era exquisito, aunque todo lo que tocábamos quedaba pegajoso. A pesar de eso, el placer de trepar a los árboles y ser unos verdaderos monos superaba con creces cualquier inconveniente.

A la derecha, mi hermano César Negrete, detenido desaparecido. Aquí aparece con algún amigo de la época universitaria.

María Virjinia Fernández Nuñez e Isabel Eloisa Fernández Nuñez, nominadas a la corona. Mi madre y mi tía en la fiesta de la primavera de Caldera.

mientras me tomaban la foto me resbale

Foto grupal de las personas que hicieron la limpieza del canal en para que no se inunde la antigua población. En la imagen: Pedro Martínez, los hermanos San Martín y el marido de la señora Melinca. Fotografía Cortesía de Patricio Torres

Mi Padre Italo, saliendo del pique con mineral.

El recorrido era Caldera - Copiapó, ahora se encuentra en la Universidad de Atacama.

En la población se elegía una reina, por el aniversario de esta. Se tenia entonces además una fiesta junto con los vecinos de la misma.

Mosaico fotomontaje en madera de diversos lugares de Potrerillo.

Bautizo de Patricio Páez cuando tenía 3 meses de nacido