Mi tía Leticia Jofré, en alguna oficina de Coronel o Lota.

Mi Lela es mi abuela que no es mi abuela, sino la mamá de uno de los mejores amigos de infancia de mi papá. Ella lo recibió como un hijo y a nosotras como nietas. Pienso que en ella encontró la figura materna amorosa que en su casa nunca tuvo. Era una de las personas que nos cuidaba después del colegio, nos enseñó a hacer manualidades y nos malcrió. En el patio tenía esta hamaca a la que siempre íbamos a jugar con mi hermana.

El recorrido era Caldera - Copiapó, ahora se encuentra en la Universidad de Atacama.

María Virjinia Fernández Nuñez e Isabel Eloisa Fernández Nuñez, nominadas a la corona. Mi madre y mi tía en la fiesta de la primavera de Caldera.

Cumpleaños al estilo noventas, con ropa y estética de la década

En campeonato Canadela en el Gimnasio Buen Pastor, Rancagua. Nuestro equipo luciendo un espectacular conjunto de buzo deportivo femenino.

Pescando en el río cerca de la localidad de Coirón

La felicidad de nadar y tirarse piqueros en la poza del Río Copiapó. Fotografía Cortesía de Solier Contreras.

Ciudadanos admirando la belleza del caudal minutos antes de la fuerza arrolladora del aluvión. Fotografía cortesía de José Manuel Gutierrez Bermedo

Mascotas de la casa que eran amigas. Rorra era una perrita muy simpática (mi sobrino de 3-4 años le puso ese nombre) y Nino era un gata hembra, pero le puso así mi tía que es una persona con una discapacidad intelectual y tiene un lenguaje muy limitado.